Alcázar de San Juan es una localidad que, a lo largo de los siglos, ha sabido mantener viva su esencia, fusionando su historia con un patrimonio cultural único. Desde la época romana, cuando se asentaron en la zona importantes vías de comunicación, Alcázar ha sido un cruce de caminos y un punto de encuentro de diversas civilizaciones, lo que ha dejado una huella profunda en su identidad. Entre sus recursos patrimoniales más destacados se encuentran la Iglesia de Santa María, el Complejo Palacial o los molinos del Cerro de San Antón, entre otros.
Pero Alcázar de San Juan también es sinónimo de tradición ganadera y productos de calidad. Su ubicación en el centro de La Mancha le ha permitido convertirse en un lugar destacado para la ganadería y el pastoreo. Una de las joyas de la gastronomía local es el queso, con su característico sabor y textura. La tradición quesera de Alcázar de San Juan es el resultado de siglos de conocimiento y dedicación, lo que ha permitido que este producto se haya consolidado como uno de los más valorados en la región.
Precisamente y en este contexto, la Feria de los Sabores de Alcázar se ha consolidado como uno de los eventos más destacados de la región, poniendo en valor los productos locales más representativos, entre otros. En este encuentro, la ganadería tradicional y sus derivados, como los quesos artesanales, son protagonistas, destacando la calidad y el patrimonio del territorio.
Además de los quesos, la ganadería en Alcázar de San Juan sigue siendo fundamental para el desarrollo de la economía local, con un sector agrícola complementario que incluye cultivos de viñas y cereales. En este contexto, Alcázar es un referente en la promoción de prácticas ganaderas respetuosas con el medio ambiente, garantizando productos de calidad que reflejan el compromiso con la tierra y las tradiciones rurales.